[.Lagrimas de Cielo Abstracto: El Muchacho del Adios.]

CAPITULO 2: UN CIELO AZUL EN TUS OJOS, Y UNA TORMENTA GRIS EN TU CORAZÓN



Estando en su celda, oscura y monótona, y esperando el momento de la “triste ceremonia”, como llamo yo a esos actos, se acurrucaba en la pared, para susurrar frases bastante raras; Pero, quién puede entender el razonamiento de aquel sujeto de tez blanquísima y ojos del color del cielo mañanero que combinaban perfectamente con ese cabello largo y trigueño que brillaba.



De vez en cuando, alzaba la cabeza y miraba a través de la ventanilla del cuarto, cuando oía ruidos, Y veía a los reos llorando y suplicando por sus vidas, para que al menos intenten animar a algún miembro compasivo, y así no fallecer de esa cruda manera; entonces, el joven blanco, agachó de nuevo la cabeza para decir con un tono medio famélico:



–“No hay manera, no la hay.”-



-Entonces sonrío de nuevo y cerró los ojos.-



Al día siguiente; y a casi unos minutos de su cruel destino, Dos policías lo esposaron y se lo llevaban, hacia el punto de acuerdo.



Una dulce voz dentro de la mente del muchacho le acarició el oído, diciéndole:



-“Aquí estoy”-



El joven hizo un rápido movimiento y abrió los ojos aún más; Su piel se tornaba nerviosa y sus labios se entreabrieron…



-“¿Eres Tú?”-



Le contestó a la voz en su interior… Entonces, golpeó al policía con los puños, y acomodó sus manos esposadas, para tomar su arma, y así golpear al otro. Todo ocurrió tan velozmente, que ni siquiera él se dio cuenta que minutos más tarde de haber corrido; Se encontraba al frente de unas rejas: Las rejas que lo distanciaban de su libertad.



Sin duda alguna, él había cambiado de opinión… Ya no quería morir, Necesitaba vivir, pero... ¿con que objeto?; Alzó los brazos para trepar las duras rejas, pues podía escapar. Y así, lo hizo.



Logró auto exiliarse de aquel suceso no premeditado.



Corrió de nuevo… Sin parar, no sabía donde estaba ni adonde iba pero siguió corriendo por mucho tiempo. Exhausto, descansó en lo profundo de un bosque; cualquiera que haya visto a ese hombre, habría quedado conmovido de tal cuadro, de tal bello perfil que dormía allí.



Despertó sin emoción alguna, su rostro estaba entre serio y triste, pero, él no sentía nada.



Después, caminó un poco más de un kilómetro, y encontró un pequeño pueblo, parecía algo vacío y desolado. Había un restaurante, en donde desayunó una taza con chocolate y algo de pan con carne; Una anciana, dueña del lugar, lo observaba y se le acercó, para luego preguntarle:



-“Oye, jovencito, ¿Eres un forastero en éste pueblo, no?”-



-“¿Uhm…?”- Respondió el joven con una mirada muy sorprendida y angelical, y continuó: -“Sí, así es, abuela.”-



-“Y… ¿tienes donde quedarte?”- Dijo la ancianita de cabellos blancos y rostro desgastado.



-“¡Oh, no!, me temo que no…”- Replicó él, expresando su preocupación.



-“¡ah!”- exclamó con gesto de dulzura; -“Aquí hay espacio, por si quisieras quedarte; Pero me pagarás trabajando en el restaurante, ¿de acuerdo?”- La pobrecilla, no se imaginaba qué cosa había hecho ese chico, aparentemente, tranquilo.



-“¡Muchas gracias, abuela!”- Respondió alegre.



La tierna viejecilla, se encariñó tanto con aquel joven. Que pasadas algunas semanas, ya le llamaba “hijo”. Pero él, sólo la trataba de “Usted”.



El trabajaba atendiendo a los clientes, mientras que la anciana, cocinaba y otra persona apoyaba haciendo limpieza o atendiendo también, Las personas que iban allí, no eran muchas, pues, como ya dije antes, era un pueblo pequeño. Y, al terminar el trabajo, él y la abuelita, se sentaban a tomar el té; La viejita siempre le contaba cosas de su pasado, mientras que él, se quedaba callado, escuchándola, con una sonrisa cálida, pero a la vez siniestra.



Una vez, terminada la hora del té, subió a la habitación donde dormía, y se sentó en una silla; Cubrió su rostro con sus manos y se fue hasta el baño; Y, en frente del espejo, se destapó las manos para mostrar un rostro sombrío, pero contento, más de lo acostumbrado.



Bajó las escaleras, para ir directo a la habitación de la anciana, en donde parecía dormir plácidamente, sacó un puñal de su bolsillo derecho, y cortó una parte de la cara de la mujer, continuó apuñalándola varias veces, por muchas zonas distintas, y por largo tiempo. Sin decir más que: -“No temas, estarás mejor después de esto”-.



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CAPITULO 3: “PASION DE HOMBRE… PASION DE NIÑO”.



Esa noche, se parecía en demasía con aquella noche en donde una joven mujer fue asesinada con tanta maldad.



El salió del lugar, para toparse con los árboles mojados que predecían la llegada del invierno. Alzó la cabeza, y dejó caer las gotas de lluvia sobre su rostro; No lloró ni un poco, sólo suspiró con gran libertad.



-“Mi diosa… Mi amada Diosa…”- dijo con gran alegría.



¿Diosa? ¿A qué se habrá referido?...



Continuó su nada honorable “travesía”. Esta vez, un día después de lo ocurrido, se refugió en una iglesia, en donde se veían las imágenes de santos y omnipotentes; Se echó debajo de una estatua altísima de Dios hijo sin darse cuenta, entonces se acomodó para al menos, tener una “camita” decente.



El sacerdote de la iglesia había llegado. Tocó suavemente el hombro de aquel joven; El cual, al percibir la mano del Padre, con un gesto de asombro, volteó hacia él, diciéndole con las mejillas ruborizadas:



-“L-Lo lamento, es que me estaba agotado.”- y río dulcemente.



-“¿De donde eres, hijo?”- Preguntó el hombre de mediana edad y con una cruz enorme que se distinguía en su túnica negra.



-“No lo sé.”- dijo sonriendo.



-“¿No lo sabes?”- Volvió a preguntar, esta vez algo confundido.



-“No, perdí la memoria”- Respondió él sin quitar la sonrisa. Y antes de que el Párroco pudiese preguntar algo más, el joven lo mató. Con el mismo puñal y de la misma manera que había matado a la noble ancianita de antes, Y. hasta con la misma sonrisa engañadora que traía consigo.



Entonces, dijo con su voz muy suave y encantadora:



-“Lo lamento, me caías bien pero... No se puede confiar en nadie, ¿verdad?”-



Esas fueron sus únicas palabras de aquel chico sin sentimientos de compasión hacia aquel hombre de caridad, que sé que ahora estará en un lugar mejor. Vió entonces, que estaba colgada en una cruz de madera, una estampilla de la Virgen sonriendo; La miró atentamente e hizo una expresión de deseo en su cara. Antes de salir, se despidió de los personajes representados en cuadros y estatuas, que habitaban en ese lugar sagrado.



Llegó al otro extremo de ese pueblo, hacia el sur para ser más específica; Llevando consigo el dinero de la abuela, que había tomado después de la tragedia, y la estampilla de la Virgen María, que le había impactado de una extraña manera...



Al llegar a aquella ciudad prácticamente medieval a simple vista, se estableció en un hotel no muy costoso, Subió a su habitación, y él mismo se cortó el cabello. Ciertamente le quedaba muy bien, diría yo, pero, estamos hablando de un fugitivo.



-“¡Ah!”- se dijo con un tono muy contento, y prosiguió –“Me queda muy bien, ¡si!”-



Más tarde, cuando ya estaba preparado para irse a dormir, alguien golpeó suavemente la puerta; El joven abrió y la vió…



-“¡Di-Diosa!, ¡haz vuelto!”- dijo sorprendido y a la vez regocijante de felicidad…



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CAPITULO 4: “LA REENCARNACION DE UN FALSO SUEÑO”



La chica que se encontraba al frente de él, también lucía sorprendida y a la vez ruborizada, traía consigo unas toallas, que abrazaba con fuerza, entonces le dijo dudosamente:



-“¿D-Diosa?”-



-“Mi amada, amada Nicolle, Oí tu voz, ¡sabía que no estabas muerta!”- contestó el joven, que se notaba muy feliz y emocionado.



-“Talvez me confunde, mi nombre es Sophía”- Sonrió la empleada de aquel hotel.



-“Oh, Nicolle”- Dijo el joven, abrazando a la chica después.



¿Qué estaría pensando aquel hombre?, ¿A caso realmente confundió a sophía con la joven que asesinó antes?...



Sophía, recibió el abrazo y soltó las toallas blancas, pues, era algo que nunca le había ocurrido, y no sabía como sobrellevarlo. Sin embargo, la joven sintió una gran atracción hacia ese chico, así que pasó a su habitación cuando él se lo pidió.



Se sentaron en la cama, y él no dejaba de abrazarla y botar algunas lágrimas; La chica quería saber quién era “Nicolle” y qué había ocurrido, pero no preguntó nada, hasta que él mencionó con dulzura:



-“Yo ya te he perdonado”-



-“¿Eh?”-



El continuó, abrazándola un poco más fuerte: -“Si… de ahora en adelante, seremos uno sólo, tú y yo…”-



Ella, que aun mantenía las mejillas rosadas insistió: -“Pero… ¿qué está diciendo?, yo no s---”-



Y, antes de que terminara, el joven cambió ese rostro inocente, por uno mas molesto y preguntó de una sola vez: -“¿A caso no te has arrepentido?”-



-“¿arrepentirme?… no sé de que---”-



Y éste, dejó de abrazarla, y la miró firmemente, sin quitar esa mirada abrumadora: -“Me traicionaste, te fuiste con ese otro hombre, sabiendo que yo te amaba, ¡¿y ahora no sabes de lo que hablo?!. ¿A caso quieres que te haga lo mismo que te hice antes?-



El joven sacó de su bolsillo, su ya conocido puñal y se lo mostró. El rostro de Sophía estaba aterrorizado, se llevó sus manos a la cabeza y estaba a punto de gritar.



-“¡No grites!”- Exclamó él un poco más calmado.



-“P-por favor, no me mate… ¡no lo haga!… ¡por favor!”- Rogó la mujer con lágrima en los ojos.



-“¿A qué le temes, Diosa?, La muerte es como la vida, además, los dos estaremos juntos”- Sonrió el joven.



Sophía por fin se dio cuenta, de que el muchacho estaba delirando de amor por aquella chica con la que la confundía, no tenía opción, debía seguirle el juego y no protestar, pues, sería mortal. Además de esa extraña emoción que sentía por él.



-“Perdóname, lo lamento, llévame contigo, ¡por favor!”- suplicó la chica de cabellos oscuros y piel blanquizca tomándole el brazo derecho.



-“Oh, mi Diosa…”- Asentó con la cabeza dos veces, aceptando el pedido de la mujer.



El tomó su mando y la apretó muy fuertemente sonriendo con delicadeza y mostrando una genuina sonrisa.



-“Quiero ir con él, ya no me quedaba nada después de todo… Sólo una vida miserable”- Pensó la chica sonriendo tristemente.



Ella ya lo sabía, ya conocía el destino que le deparaba al irse con él, una vida llena de persecución y engaños, de matanzas y desventuras, pero, no obstante, tomó la decisión de jamás separarse de ese joven misterioso y atemorizante, el cual mató sin piedad a personas inocentes, a causa de un pasado fracaso amoroso.



A la mañana siguiente, se marcharon del lugar.



Ahí iba la Diosa falsa de aquel joven pasional... la Diosa inexistente de una mente retorcida y en plenitud, sin ningún rumbo, sin ningún plan.



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GRACIAS POR LEER!

tokio-girl escribió:

ne pero si es cierto esta buenisimo

Miles de millones de gracias T.T me subes la autoestima xD!

Anpatsuki escribió:

tokio-girl escribió:

ne pero si es cierto esta buenisimo

Miles de millones de gracias T.T me subes la autoestima xD!

Ayer en la madrugada
lo termine de leer y me
quede mas o menos asi
"O_O" Anpa-sama es
unica! me gusto muchisimo
asi que debo darle la razon
a la señorita Tokio xd

._. sere franca , no me lo he terminado de leer todo odavia , pero hasta donde he leido escribes genial lider Anpa , tokyo tiene razon tambien tienes mis repetos : )

*Ayasha* escribió:

._. sere franca , no me lo he terminado de leer todo odavia , pero hasta donde he leido escribes genial lider Anpa , tokyo tiene razon tambien tienes mis repetos : )

y los mios o///o

Ref! escribió:

Anpatsuki escribió:

Ref! escribió:

Me pregunto que
habra sido de la vida
del joven xd

Ps.. se deja a la imaginacion xD! pero escribire otra historia ya que son varias ^^

Pues yo ya quiero verla

Ya voy por la mitad! ^^